La Diversidad como Eje Político - Social de fortalecimiento de la Identidad
la Diversidad como Eje Político -
social de Fortalecimiento de la Identidad
Eduardo r. Yumisaca Jimenez Aranda
El mundo se ha
construido diverso y por lo tanto relativo. A través de la historia podemos
encontrar momentos en los que las situaciones históricas han creado
intercambios, encuentros, apariciones y desapariciones de las culturas. Es así
como los pueblos se forman; unas veces de forma violenta y otras de maneras más
sutiles, hasta imperceptibles, el florecimiento de creencias, postulados y
dogmas han ido creando posiciones específicas que han sido los derroteros de un
pueblo.
La comunicación entre
poblaciones y el constante cambio de posturas sociales, a veces bajo el influjo
del entorno natural, ha dado la dinámica para que las culturas sean cambiantes;
ya que “la cultura es un universo de sentidos que no se comunica ni existe
independientemente de su modo de producción, de circulación y de recepción,
consumo o reconocimiento”[1], el
sincretismo y el avance de la modernidad le ha dotado de nuevos matices
culturales a este entorno social que conocemos.
El encuentro de dos mundos
hace quinientos años produjo una transformación total de lado y lado, intercambio
de conocimientos y saberes que se mantiene todavía. Es en este último siglo que
se da más acelerado este intercambio, fruto del constante avance de los medios
de comunicación. Teniendo en cuenta que este intercambio siempre ha estado y
está en beneficio de los invasores.
Los tiempos modernos, por el
mismo proceso de intercambio de las culturas han ido creando nuevas expresiones
culturales. que un principio fueron el resultado de la globalización desmedida
a través de medios de persuasión intensiva como son los medios de comunicación.
En esta producción de nuevos sentidos apareció el Blues; para luego de los años generar otros géneros musicales (derivados
de este) como el Rock and roll, hip-hop,
el reggae, el punk, el emo, el ska, el metal, gótico, etc. Creando a su
alrededor toda una concepción de vida con los diferentes matices de cultura,
hasta formarse como expresiones culturales juveniles urbanas, las mismas que en
estos últimos diez años han definido una propuesta política de convivencia,
desapegada de las formales normas de vida. “ha sido también en los espacios
urbanos donde se han dado las condiciones para la aparición de ciertas culturas
juveniles urbanas generadoras de procesos culturales distintivos, alternativos
o espectaculares, o bien, discursos juveniles adscritos a una amalgama de
diversidad identitaria, no precisamente contestatarias”[2]. A
estos grupos que por la exclusión, el discrimen y la no pertenencia, les ha ido
formando sus propias lógicas de coexistencia. Y en contraposición de Zebadúa lo
desarrollado por el Blues tiene la
particularidad de ser contestatario.
Cada uno de los diferentes
grupos culturales rurales y urbanos se han formado en lógicas de existencia y coexistencia,
pero estas no han sido plenas. Los rurales menospreciados desde la llegada de
los ibéricos, tuvieron que irse acomodando en las periferias de la historia,
nombrados solamente en los pequeños hechos históricos en los que los grandes
recopiladores de la misma los pusieron como ejemplos de luchas tribales por la
exigencia de sus derechos, mas no como luchas que buscaban la reconfiguración
total de la explotación y la injusticia. Ahora que el sistema los ubica como “iguales”,
no son considerados como tales en los campos de avance hacia una vida digna,
sino no, son considerados como iguales solamente en el campo laboral, en donde
el ser humano es considerado como sujeto productor de mercancía y consumidor de
la misma.
Es claro reconocer que la
globalización es cada vez más incesante por todos los medios de
transculturación que el sistema crea (internet, celular, televisión digital,
etc.) para desinformarnos y alienarnos, poniéndole precio a todo lo que nos
rodea. siendo las principales víctimas los jóvenes, cada vez de menor edad;
creando comunidades virtuales ajenas al contacto social, cada vez mas máquina y
menos humanos, estos al ser bombardeados por tanta tecnología regresan a mirar
las identidades en las cuales se forman mirándolas plagadas de racismo y
discrimen aceptándolas como normales. Y los nuevos sacerdotes de la
comunicación son los que van determinando los valores a seguir.
Todo el contexto político que
estamos viviendo, con una constitución política del estado que reconoce los
derechos de la Pacha mama, que reconoce las culturas urbanas como existentes,
“Art.
31.- las personas tienen derecho al disfrute pleno de la ciudad y de sus
espacios públicos, bajo los principios de sustentabilidad, justicia social,
respeto a las diferentes culturas urbanas y equilibrio entre lo urbano y lo
rural.”[3]
Esta que habla de interculturalidad,
tiene que volverse verdadera, con la manifestación de la diversidad.
Es por esta razón que en
contraposición de la forma como nos quieren educar tenemos que regresar a la
concepción del valor comunitario, el compartir, trabajar en comunidad y la
reciprocidad, construir la cultura desde la alteridad y la diferencia,
reconocernos como diversos y aceptarnos, reconociendo quien es el otro, el porqué
de sus acciones y pensamientos, y reconocer que las luchas a la final son las
mismas, planteadas de distinta forma pero que nos conducen hacia un mismo
horizonte al que tenemos que llegar todos, y que no sea un cuello de botella,
que tienen que llegar solo los líderes, los mejores, los más aptos, o los más
preparados.
“Crear conciencia también en
las organizaciones populares urbanas, de la necesidad de una práctica
económica, educativa y política que sea convergente con el caminar del
movimiento indígena, de modo que no se produzcan competencias y conflictos,
sino más bien colaboraciones complementarias.”[4]
“La diversidad es relacional,
está producida en relación a las condiciones del contexto social en que se da,
es jerarquizante y jerarquizada porque implica juicios de valor y relaciones de
poder. Pero es también relativa, ya que lo que en un contexto es diverso, en
otro contexto es normal. Agregamos que es dinámica”[5] entendida
como un conjunto de concepciones, cosmovisiones, cosmogonías, pueblos, etnias,
culturas, nacionalidades, nos hace ver la cualidad de diversos ocupando un
mismo espacio, regidos por las mismas leyes y tradiciones que varían poco o
mucho de acuerdo a las diferentes culturas establecidas en un mismo territorio.
Hablar de diversidad es
acercarnos más a una dinámica de inclusión, de diferencia desde el planteamiento
de reconocer al otro como diferente, como sujeto de reciprocidad, en
proporciones que nos complementa para darnos fuerza en nuestras posturas; los
diferentes actores sociales que cada día van apareciendo, por la misma dinámica
de la cultura hace que los postulados de diversidad se hagan cada vez más
extensos y necesarios.
Comprendido el otro, como
parte fundamental de nuestra diversidad en donde “la otredad es consubstancial a la construcción de la identidad, ya que
ésta solo es posible en la alteridad; siempre frente al yo está un alter, el otro y frente al nosotros están los otros”[6]
nos hace comprendernos como diferentes, “este camino del encuentro del otro no
es fácil porque es motivado por el deseo en fin de cuenta de encontrarme a mí
mismo.”[7]Nos
volvemos desafiantes a la homogeneidad a través de la alteridad, que son “los
encuentros entre personas, elementos, prácticas o sistemas culturales, las
inequidades sociales, raciales, étnicas, económicas y políticas de la sociedad
no desaparecen; tampoco desaparece la colonialidad del poder y su
estructuración social. Sin embargo, es en este espacio fronterizo de relación y
negociación en el que se construyen y emergen estrategias, expresiones,
iniciativas, sentidos y prácticas interculturales, que desafían la
homogeneidad, el control cultural y el mestizaje como discurso de poder; es
decir la matriz colonial y la hegemonía de la cultura dominante”[8]. La
diversidad nos da el carácter y la capacidad de construirnos diferentes,
conocernos como individuos y reconocernos diferentes en los otros, que como
nosotros mismos se construyen y se diferencian al mirarnos. Al plantearnos como
sociedad diversa nos enriquecemos en la multiplicidad de ideas, posturas luchas
y reivindicaciones, que nos hacen fuertes al enfrentarnos a imposiciones
creadas desde los altos poderes económicos, políticos y religiosos, que a
través de la globalización tratan de homogeneizarnos para poder plantearnos
ellos las visiones, misiones, objetivos, construcciones y deconstrucciones de
nuestras culturas, dirigidas a conveniencias individuales o de grupo, de estos
grandes aparatajes de la homogenización.
Al sabernos diferentes
reconociéndonos en los otros, que están bajo las mismas estrategias del poder,
nos afianzamos como grupos, creando así nuestros propios objetivos, nuestros
propios planteamientos en base a nuestra historicidad y realidades que queremos
cambiar, solo la unión en la diversidad nos hace ver que no estamos solos para
crear nuestras luchas, provocarlas y enfrentarlas .
Es por esto que profundizar
en el estudio y la investigación de la diversidad-interculturalidad, para
plantearla como base fundamental de nuestra diferencia y unidad, estaremos
siendo incluyentes, plurinacionales y lo más importante interculturales. razón
de la coexistencia, en donde ningún individuo o grupo, sea apartado de la
creación de una propuesta política. “representa, procesos dinámicos y de doble
o múltiple dirección, repletos de creación y de tensión y siempre en
construcción; procesos enraizados en las brechas culturales reales y actuales,
brechas caracterizadas por asuntos de poder y por las grandes desigualdades sociales,
políticas y económicas que no nos permiten relacionarnos equitativamente, y
procesos que pretenden desarrollar solidaridades y responsabilidades
compartidas”[9].
Tomándola como camino de la transformación social junto con la organización,
que sea diversa e incluyente, confrontada y discutida por todos los actores
desde sus lógicas de discusión y construcción social, creando una realidad
política de otredad y alteridad.
“La identidad es
esencialmente distintiva o diferencial. La posición social resultante de su
representación se define por su pertenencia y distinción o diferencia con
respecto a los otros actores sociales
y de las representaciones y posiciones que estos tengan”[10].
Se manifiesta a través de la multiplicidad de identidades, las cuales tienen su
base en el reconocimiento del otro, esta a su vez es la que define a una afirmación de la cultura y se dé el
proceso de reinventarse a sí misma. Al no sentirse parte de un grupo cultural,
ser rechazado o negarlo, pone en riesgo todo un matiz de expresiones, cayendo
en la usurpación cultural, para que, llevándola a las puertas de la homogeneización
y su futura desaparición. porque una cultura que no se reconoce, que se la
niega, sufre un cambio acelerado y direccionado hacia los intereses de grupos
globalizantes, para pasar a ser instrumento de sometimiento del poder, porque
hay que recordar que es el sistema el que ha venido decidiendo quien es indio,
negro, blanco, mestizo, etc. Poniendo los límites imaginarios de pertenencia de
la cultura y de etnicidad, disgregando a conveniencia y opacando las propuestas
de insurgencia cultural, llevándola solamente a la expresión folclórica.
Sin embargo los espacios de
diversidad no son reales, pues en cada uno de los muchos grupos que se manifiestan
no se han creado los adecuados momentos de respeto llegando a producirse un
rechazo en cada uno de los mismos, “Rockeros,
punkeros, hip hoperos, cultores del ska, góticos, son algunas de estas
culturas. Coexisten, no siempre en paz. La violencia pasó del discurso a los
hechos hace más de cuatro años. Pero a mediados de Mayo último, un joven de 26
años fue la primera víctima mortal de este ambiente de intolerancia entre
colectivos”[11]
la intolerancia que se ha creado se ve de manifiesto en respuestas de exclusión
en los mismos grupos culturales, es así que los mismos iguales son rechazados
entre sí por desconocimiento e incomprensión. Este hecho también sucede en las
comunidades indígenas las cuales rechazan de manera frontal a los jóvenes que
han adoptado otras posturas culturales, siendo estas de inclinación al rock, al hip-hop, emo, etc. Mismas que
han sido adoptadas por los jóvenes que al contacto con los medios de
comunicación, modas e integración a otros grupos culturales terminan
aceptándolas.
Lo sucedido en la comunidad
de la Cocha, en la parroquia de Zumbawa, donde cinco jóvenes acusados de
asesinato fueron linchados, y que luego se autodenominaron como rockeros, se les impuso otro punto más
de juzgamiento, y este demostraba el discrimen, ahora no solamente se los
juzgaba por el delito de asesinato sino también por ser rockeros, y era una forma de juzgar al resto de diferentes, a los
citadinos y sus modas y sus discriminaciones hacia la gente del campo, era una
forma de revancha contra el mestizo; esto pone en evidencia como el no conocer
al otro y de temer al diferente llevan a los pobladores de varias comunidades a
decir que cuando vean a un rockero lo
van a linchar también, amparados en las declaraciones de la asambleísta Lourdes
Tibán quien dijo que “no vamos a permitir
que gente extraña y rockera ingrese a las comunidades”. ¿es de esta manera
como se pretende crear interculturalidad?, si siendo a veces personas de las
propias comunidades quienes por diversos motivos deciden escuchar este género
de música, el no tratar el tema con mayor análisis, y consideración va creando
pensamientos y actitudes que nos enfrentan entre nosotros, llegando a tomar
posiciones que el sistema ha creado, el indio siempre tiene que ser indio y
nunca algo diferente, llevando a la concepción de indio como algo folclorizado
e inamovible que represente la “identidad
nacional”.
Dentro de las comunidades
indígenas y negras algunos jóvenes han optado por diversas formas de expresarse,
que son los que han tenido que salir de su comunidad por diversos motivos
muchas veces en contra de su voluntad; este sincretismo a la fuerza ha hecho
que aprendan nuevas cosas que luego al regresar a su comunidad las viven como
normales, esto es mal visto por la gente de la comunidad quienes no los aceptan
y a veces hasta los echan de las mismas, estos tiene que sufrir la
discriminación primero de los compañeros de su grupo más cercano a los que se
pertenecen que son los comuneros, luego sufren nuevamente otra discriminación
al regresar a los ámbitos urbanos, quienes no los aceptan tampoco por no
considerarlos “merecedores” de lo aprendido, es en estos ámbitos de discrimen
que empiezan a juntarse entre “discriminados” para formar sus propios grupos de
expresión, rompiendo lazos culturales y aceptando totalmente las identidades
por las cuales fueron discriminados, esto es negativo para procesos de luchas
políticas y sociales, puesto que no las van a apoyar por haber sido no tomados
en cuenta desde un principio.
En la provincia de
Chimborazo, cantón Chambo, Viven tres hermanas mujeres indígenas, Fabiola,
Zarita, Daniela que son de la Comunidad de Calpi, y son rockeras, a Fabiola le gusta el Thrash
metal y el heavy metal, a Zarita le gusta el Metal gótico y el Heavy metal y a la menor de todas Daniela le
gusta el Punk y el Hard Core; las
tres viven intensas demostraciones de discriminación y racismo, ya que en su
comunidad no son aceptadas por ser rockeras,
los que las catalogan de satánicas, prostitutas y traidoras de su gente,
teniendo que cambiar su vestimenta de rockeras
(el anaco con una camiseta negra de una banda de rock y una chompa también
de una banda de rock, todo en color negro), por el propio de su comunidad
(anaco, blusa, chompa y bayeta); en la ciudad vuelven a sentir estos brotes de
racismo y hasta violencia, cuando al caminar por las calles con su vestimenta
de rockeras la gente les grita “indias alzadas”, “hijas del diablo”,
“hermanas de Chuqui”, “indias locas”, llegando algunos a perseguirlas, no
les dan trabajo (los trabajos a los que pueden acceder son: empleadas
domésticas, agentes vendedoras, etc.), llegando a ser discriminadas por ser
mujeres, indígenas, pobres y rockeras;
al hablar con ellas dicen:
Zarita
- “Ya
estamos acostumbradas, mi mamá nos acepta así, en los conciertos (de rock) ahí
no nos sentimos rechazadas”
Daniela
- “A
mi meda iras que la gente se porte así con nosotras, tenemos miedo de ir a
algunas comunidades, al principio no decíamos nada cuando la gente nos decía
cosas, ahora les respondemos”
¿Se puede hablar de un estado
pluricultural, plurinacional e intercultural con estos signos de intolerancia?,
¿hasta dónde llega la verdadera comprensión de diversidad?, ¿será necesario
trabajar la diversidad-interculturalidad como eje político social?, en el
encuentro con los otros, con los diferentes ¿la identidad es necesaria?,
volviendo a citar a Guerrero en su interpretación de cultura dice: “La cultura
es un acto supremo de alteridad, un llamado siempre presente para que podamos
pensar y vivir la diferencia, que posibilita que pueda establecerse un
encuentro dialogal entre esa diversidad y diferencia.”[12]
La construcción de una
sociedad sin tintes de exclusión, racismo y por último hasta de fascismo, es
bajo el debate y la formación de nuestros jóvenes en ambientes de aceptación de
unos con otros y no caer en el “tramposo pluralismo de los postmodernos, que
confunden la diversidad con la fragmentación, y al fundamentalismo de los
nacionalistas étnicos que transforman la identidad en intolerancia, comunicación plural significa en América
Latina el reto de asumir la heterogeneidad como un valor articulable a la
construcción de un nuevo tejido de lo colectivo. Pues en los países centrales
el elogio de la diferencia tiende a significar disolución de la solidaridad, en
América Latina, como afirma Lechner, la
heterogeneidad sólo producirá dinámica social ligada a alguna noción de
comunidad, el elogio a la
dificultad”.[13]
Las lógicas de interculturalidad
se aplican en todos los ámbitos, sean políticos, sociales, culturales,
ambientales, religiosos, económicos, la diversidad es una directriz que cruza
todos estos campos, comprenderla, trabajar en ella para crear una verdadera interculturalidad
es muy necesario para frenar los brotes de violencia y racismo.
BIBLIOGRAFÍA
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Católica del Perú, Lima. 1995.
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3.
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4.
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[1] Brunner, José. Posmodernidad
en la periferia, Hermann Herlinghaus ; Monika,Berlín, 1994
[2] Zebadúa, juan Pablo. Culturas juveniles en contextos globales,
Tesis, Universidad Veracruzana, Xalapa, Veracruz, 2008
[3] Constitución política del
Ecuador. Título II, Derechos, sección sexta, Hábitat y vivienda
[4] Mons. Proaño, Leonidas E. Creo en el hombre y en la
comunidad, Fundación Pueblo Indio, Quito, 2005
[5] Signorelli, Amalia. Ciudad
y diversidad, Editorial Anthopos, México, 1999.
[6] Guerrero, Patricio. La
Cultura, Abya – Yala, Quito.2002
[7] Ansión, Juan. Pensarse
desde el otro: el reto del encuentro Intercultural, Universidad Católica
del Perú, Lima. 1995
[8] Walsh, Catherine. Interculturalidad,
Estado, Sociedad. Universidad Andina Simón Bolivar, Abya-yala, Quito, 2009
[9] Walsh, Catherine. Interculturalidad,
Estado, Sociedad. Universidad Andina Simón Bolivar, Abya-yala, Quito, 2009
[10] Guerrero, Patricio. La
Cultura, Abya – Yala, Quito.2002
[11] Revista vistazo, tribus
urbanas se enciende la llama de la violencia, Nº 1027, Junio 10 2010
[12] Guerrero, Patricio. La Cultura, Abya – Yala, Quito.2002
[13] Barbero, Jesús.La
comunicación plural; Alteridad y Socialidad, Procultura, Bogotá, 1985.
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